No sé ustedes, pero por todo lo que he escuchado de amigos y conocidos, creo todos nos imaginamos algo diferente e hicimos expectativas, de lo que sería la cuarentena, justo cuando estaba iniciando (acá en Alemania fue cerca de marzo), y oh sorpresa! es algo muy diferente a lo imaginado, pero que es bueno analizarlas, como se lo comente a Diana. En parte el sacarlas me ayuda a ver que me gusto, que sí debo continuar haciendo, que debo parar, que me trajo, de debo dejar ir, etc.…
Hubo etapas que fueron “El sueño” osea justo lo que siempre quise vivir jaja, pero que me trajeron no muy buenos efectos a largo plazo, afortunadamente siento que me desperté de ese “letargo” y me ayudó a valorar y a enfocarme. Pero vamos por pasos:
Las etapas que viví más o menos fueron así:
Primero empecé super acelerada, planeando y haciendo horarios para el home schooling y home office. Ya estaba un poco mentalizada de que nos íbamos a quedar en casa a trabajar junto con los niños, pues desde hace tiempo se empezaban a escuchar y contabilizar los contagios. En el trabajo nos dieron una capacitación de cómo conectarse al servidor de la empresa externamente, iniciar el mail pero desde un VPN específico, etc.
Total que cuando nos avisaron un viernes en la tarde: “ya no vengan el lunes, desde ahora y hasta nuevo aviso se trabajar desde casa” , el fin de semana lo utilizamos para planear nuestra nueva forma de vida temporal. Hice con los niños un horario gigante, y muy específico, de desayuno, materias, la hora de la comida, pausas, juego en el jardín, etc. Cada día de la semana diferente orden y desde las 7:00 am hasta las 20:00. Pero muy, muy especificado! Me sentía super orgullosa de mi super grande Horario. Estuvo “padre” como decimos en México, cuando algo nos parece Cool, al principio, me sentía super productiva. El segundo día, por ejemplo, todos nos levantamos muy temprano como de costumbre, como a las 6:30 nos pusimos manos a la obra… ya habíamos hecho una gelatina, el desayuno con los niños, la lavadora y todavía no eran ni las 8 de la mañana! hahaha! Claro que eso no podía durar mucho, a las dos semanas, ni los niños ni yo podíamos más, con tanto orden, organización y todo se relajó!
Luego caí en la super comodidad, y ese tiempo fui “feliz” mal comiendo, “disfrutando”, de esta etapa que tanto había pedido. Se empezaron a organizar fiestas virtuales con mis amigas, de todas partes del mundo, estuvo muy divertido y según yo me estaba dando “la vida”. Resultado: 6 Kilos extra, demasiado alcohol para mis gusto, niños inactivos, mal dormir, me despertaba muy tarde… Tanto Diana como otras amigas, me comentaron que fueron como su etapa de evasión, para tratar de no pensar en el problema y todo el conflicto que estaba pasando, evadieron completamente todo.
La mejor etapa fue donde junto con mis amigas nos empezamos a motivar juntas (ven? eso de tener una red de apoyo de verdad es excelente y te ayuda a levantarte, pero ya platicaremos más adelante de eso), me fui levantando más temprano, activando, haciendo ejercicio con amigas o yo sola, meditación diaria, alimentación más saludable, etc.
En la zona donde vivo, ya tenemos tiempo que se levantó la cuarentena y se empieza poco a poco a regresar a la normalidad, por ejemplo un día a la semana a la oficina, los niños medio día a la escuela, reuniones de 10 personas, etc. Y me doy cuenta de la gran diferencia de rutinas y actividad que antes tenía y del cambio en mi salud y estado de ánimo.
Me sorprendo de como estaba antes, corriendo siempre, como viví la cuarentena, todas las etapas que pase y me emociono y me motivó por todo lo que sigue!
Me cayó el 20
Haciendo un balance, como siempre, lo mejor es el equilibrio, yo fiel creyente de que las situaciones que pasan, no son buenas ni malas… simplemente son situaciones, pueden sentirse en ese momento lo peor, pero siempre traen algo más… y esta situación me trajo una pausa en mi vida, donde me la pasaba corriendo, despertando muy temprano para arreglarme a mi, a los niños, llevarlos a la escuela, manejar una hora al trabajo, regresar, hacer la comida, las cosas de la casa, recoger a los niños, llevarlos a sus clases extra, la cena, en fin muy desgastante. Así que, sí disfrute esta pausa, la viví, la saboree, y listo!!! Me ayudó a valorar lo anterior: actividad física, reuniones. Y agradecer lo aprendido ahora: meditación, de nuevo agarre el hábito de la lectura, mejor ánimo con los niños, vi que mi relación está muy sana, pues no tuvimos grandes problemas para organizarnos cuando nos quedamos todos en casa, trabajando y ayudando a los niños con las tareas.
Esta etapa nos ayudó a cambiar el chip, de lo que era la vida, de que se puede vivir de diferente manera, con diferentes horarios y formas de hacer las cosas, que nada es para siempre, que todo está siempre en constante movimiento y cambio. ?¿Qué es lo quieres tú? ¿Cómo quiere vivir tu vida? ¿Cuáles son tus prioridades? y en la situación en la que estamos ahorita, ¿qué podemos hacer para sacar LO MEJOR DE ESTA? Tomemos de pretexto este reto, como si se tratara de un libro, para dar el cambio de chip que queremos a una vida más plena!!!
Recursos
